La alimentación para pájaros durante la época de cría requiere una atención algo más específica. Durante el inicio del mes de abril, suele empezar en los climas del norte o poco antes si el tiempo ha sido suave, la época de apareamiento. El ciclo de apareamiento se ve influido por la duración del día, lo cual supone que cualquier proceso encaminado a prolongar la luz diurna desencadena un comportamiento en la conducta reproductora. Para que la cría sea exitosa, los pájaros deben de estar en buenas condiciones físicas, y por ello la alimentación es importante en esta época.
Es un hecho que los polluelos en desarrollo dependen de los nutrientes contenidos en los huevos, los cuales a su vez dependen de la dieta que haya seguido la hembra antes de la puesta. Cualquier deficiencia que tenga lugar en dicho periodo, de minerales por ejemplo, es probable que se traduzca en una puesta defectuosa. Por eso vamos a dar unas pautas sobre cómo prepararse para la época de cría.
A principios de marzo debe procederse a un examen cuidadoso de los pájaros, y cualquiera que presente unas uñas excesivamente crecidas deberá ser sometido a un recorte de las mimas para evitar que pueda perforas los huevos, e incluso que los polluelos sean arrojados del nido de forma accidental, tan pronto como la cría haya comenzado. También resulta interesante aplicar un tratamiento encaminado a reducir el riesgo de que hagan su aparición los ácaros. En este sentido algunos criadores lo que hacen es recortar el exceso de las plumas existentes en el orificio anal en el caso de que pudiera suponer un obstáculo para el apareamiento.
Antes de proceder a juntar a la pareja deberá hacerse una limpieza de las jaulas. Este es otro factor que deberá ser revisado de nuevo, así como los anclajes de las perchas o columpios para asegurar que el momento del apareamiento sea un éxito.
Preparado el espacio decir que existen diversas maneras de hacer entrar en contacto al macho con la hembra, sin embargo para que los huevos no resulten estériles es importante que lo hagan de forma voluntaria. Por eso suele ser habitual tenerlos durante el resto del año en la misma jaula pero separados por una rejilla hasta que están dispuestos para el apareamiento. De esta forma los pájaros macho y hembra, están creando un vínculo y en cierto modo conociéndose durante este tiempo, lo que facilita luego su contacto.
Antes de que comience la incubación, es recomendable suministrar a las hembras suplementos alimenticios adecuados con elevado contenido en huevo. Después la cantidad suministrada deberá ser incrementada paulatinamente y ofrecerla tres veces al día, si es posible durante todo el periodo de cría, junto con otros alimentos como semillas humedecidas o verduras frescas. Si es posible en este periodo no es recomendable cambiar la mezcla de comida preparada.
Durante la mañana los jóvenes polluelos son separados de la madre, para que dispongan del resto del día para acomodarse en su entorno. Y en este momento es especialmente útil disponer de comederos en los que introducir la comida sin realizar cambios en su rutina. Lo más habitual en este espacio es una alimentación basada en pan integral y leche mezclada con cuajo, así como semilla humedecida. Cabe mencionar que es probable que los polluelos no coman las semillas de inmediato, pero sí empezará la mayoría a picotear de un lado para otro sin dificultad, iniciando de este modo la alimentación por sí mismos.
En este punto, es importante estar atentos al mantenimiento de la jaula y de los polluelos. Es recomendable limpiar las jaulas para pájaros dos veces al día con el objetivo de evitar la acumulación de comida rancia que pueda desencadenar problemas digestivos. Además, cualquier pájaro que muestre un aspecto apagado y con un plumaje ahuecado, deberá ser devuelto a sus padres, los cuales se ocuparán de alimentarlo y después habrá que repetir el proceso al día siguiente con la esperanza de obtener mejores resultados. Este proceso sin embargo no es recomendable más que en último extremo, ya que puede dar lugar a una interferencia con la relación a la segunda puesta de la hembra.
Posteriormente, cuando han alcanzado las siete semanas, es habitual dar semillas secas. La alimentación encaminada a influir sobre el color, como es en el caso de los canarios, debe comenzar inmediatamente antes de la muda. El motivo es que estos jóvenes pájaros que se conocen como “no volados”, retienen las plumas de nacimiento de coloración más pálida, las cuales no quedarán afectadas por la muda hasta el año siguiente.
Y hasta aquí, algunas nociones básicas del momento de la cría y de algunos de los cuidados que conviene tener en cuenta.